El trabajo doméstico y de cuidados es indispensable para el funcionamiento de nuestras sociedades. Sin embargo, las personas, en especial las mujeres, que realizan este trabajo invisible, desvalorizado, no remunerado o mal remunerado , se enfrentan a menudo a obstáculos que dificultan sus derechos, su bienestar y su participación en la vida cívica. ¿Cómo pueden las metrópolis crear espacios y servicios que reconozcan, brinden apoyo y oportunidades a las personas que cuidan de otras? Únase al debate sobre cómo construir comunidades más equitativas que sitúen los cuidados en el centro.